Carta

Por B.C.U.
Querido Mío:

En mi ser, los sentimientos se encuentran, no se si es por despecho o desesperación, no he podido sacarme de la cabeza aquella esencia que dejaste en mi corazón. Desde que te fuiste me quema el frío, no siento la sangre recorrer mis venas, no oigo mis latidos. Ser triste es mi vicio contemplar la luna me hace pensar en el olvido. Fue un amor temerario, insípido tal vez, pero eso sí, lleno de la obsesión de un deseo efímero, convirtiéndome en prisionera de tu amor.

No perdonaré el mal que me hiciste. Me duele el corazón, pues te llevaste mi alma. Si quise hacerte mal, el diablo recorrió hasta mis entrañas. Sentí que iba a morir, contemplando tu mirada, llena de ambiciones, de sueños en los que yo no estaba.
Sólo cuando estaba más triste, me olvidé de disimular que todo estaba perdido, pensé que el mundo se me acababa, que no importaba nada, que mi muerte estaba cerca.
¿Me volví loca? ¿Parece que perdí el control? En ese momento no me importaba nada, mi única sed era de venganza. Me vengué de tu mal pago, me vengué de tus deterioros, ya no pude más, sino lo hacia yo terminaría bajo tierra.
Ya no quiero sentir esta obsesión, necesito sacarla. Tú no me dejaste nada, ni un pequeño trozo de esperanza. Con mis propias uñas cavé tu tumba, maté tus ambiciones, me convertí en el desaire de tus ilusiones. Hasta ahora te repito que más que sentir odio hacia un ser tan miserable como tu, siento lástima como se le tiene a un perro que es abandonado por sus amos, que se queda si nada.

Tanto he esperado, desde que cometí aquél horrible crimen, en el que bien tú sabes, respaldo los tuyos. Aunque no privaste de vida a alguien, fue aun peor, me abandonaste por ambición.
Has de saber que bien has pagado por tus fechorías. Una mujer despechada se venga, tú lo debías prever, pero no pensaste en que las hojas de los árboles al caer en sus ramas vuelven a crecer.

Desde mi partida aun no olvido tu mirada, fija en las estrellas, astros que con su hermosa luz me brindan una felicidad por la amargura que en ellas tu rostro refleja y con ella vives sobre la faz de la Tierra. Has de saber que más desgraciado eres tú que yo.

La culpa no te deja vivir con dicha, se que te sientes perdido, no puedes encontrar la calma, porque tus pecados no tienen perdón. En el infierno te he de ver.
¡Cuánto di por ti! ¡Cuánto!, no es reprochar, pero perdí todo por un amor que me traicionó, no sabes cuánto perdí sólo por alcanzar tu cuerpo que es de lo que enamoré, porque sabes bien que el alma tuya fea es. Por perseguir un amor perdí a los que tanto me amaron, maté a la sangre de mi sangre, por ti tanto erré, pero me encargo de que sufras por cada trozo de corazón que me fuiste arrancando. No podrás ser feliz, de eso yo me encargo.
¿A caso soy el fantasma que te persigue?, sin duda que lo soy. Por amor hice todo, por amor a ti me entregué. Todo lo que me motivó para llegar a lo que la razón hubiera detenido, no fue más que un sentimiento, no fue más que amor. No pensé en las consecuencias, pero no me arrepiento, porque sentir es mejor. El sufrimiento con el que vives es el que pocas veces me persigue, no importa cuanto tiempo tarde en sanar, la vida se hizo para sufrir, es la ley .
Aprendí tu nombre sin usar palabras, usé mis ojos no mis manos, no pude esperar para respirar tu aliento, tú clamabas amarme, pero sólo en forma material, porque sólo me veías así y nada de los recuerdos sirve para poder al menos reconocer una emoción o sentimiento hacia mi o a nuestros hijos, nada nos pudiste dar. Te deshiciste de mí como un objeto, el cual pudiste cambiar para satisfacer las necesidades inventadas por el hombre, por entrar en el exceso monetario, sin hacer nada a cambio.

No pretendo que no sientas repudio por mi, pero te odias tanto por no haber visto más allá que sólo vida fácil, sin obstáculos que vencer, sin luchar contra el mal que pudo haber en el camino más hermoso que se puede disfrutar cuando alguien a tu lado va, alguien que te ama. Preferiste bienes que sentir, preferiste riquezas que al amor.
Siento lastima por ti, ahora que solo mendigas por la Tierra.
Gracias a los dioses ahora tu desgracia es mi felicidad. Sufrí tanto por estar a tu lado, mis lágrimas son testigos de la tristeza. No creo que sepas cuánto me has desgarrado. Pero me satisface saber que todo ha cambiado. Aunque la muerte nos acabe, el alma es inmortal y la tuya en sufrimiento eterno estará.
No habrá armonía en tu corazón, terminarás con tu vida por soledad, recurrirás al suicido, porque sabemos que eres incapaz de seguir viviendo por cargar la culpa de la que aun no te has liberado.
Por los dioses has sido privado de ser amado y de amar a alguien, por esta falta de sentimientos tu muerte se acerca, se huele, se siente.
Extraño tu aliento, extraño hasta el más mínimo detalle de tu cortejo, lástima, quedó atrás. Nada en el mundo puede cambiarlo.
No busques redención, no la encontrarás. No cabes ya tu tumba, porque ya muerto estas.
No es secreto para nadie todo el mal que me hiciste. Más te hundes cuando pretendes olvidar, no quieras borrar las marcas del pasado, no podrás. Siempre estaré haciéndote infeliz. Por que eso mereces, no te queda más que vivir marcado o morir.
Quiero disfrutar un poco más, la cara de horror que llevas a todas partes, se refleja en tu mirada, se refleja en tu alma. No te librarás porque perdido ya estas.
Creíste que no era suficiente para ti, en mi bolso no había monedas, porque no podría ofrecerte más que lo que soy.
Me has llamado una salvaje, me has llamado leona fiera, pero al menos no soy traicionera.
Quedarás en el olvido, el proceso comenzó, todo has perdido. Y repito una vez más tu desgracia es mi felicidad. Vagando por el mundo irás, lamentándote de haber perdido. Te gané en este juego de la vida. Me siento satisfecha por no haber guardado ni un poquito de ti, ni rastro. Ahora eres polvo que se lleva el viento, ahora sabes lo que es ser ciego. No sabes que feliz me hace tu sufrimiento y no me canso de decirte que tu desgracia es mi felicidad, tu desesperanza es mi vino, tu muerte será el olvido.

Tu amada
Medea

No hay comentarios: