Nehhuatl tlahcuilohua ipan amatl
El sonido de los carros pasando por la avenida lo despertó pero no logró que se levantara de la cama, ahí, inmóvil sin ningún pensamiento en la cabeza y sólo con una pregunta dando vueltas y vueltas…. ¿Quién soy yo? ¿Dónde estoy? Cierto nerviosismo lo abordo al no poder concretar respuesta alguna; miraba al techo perdidamente esperando que éste supiera algo. Su respiración se agitaba cada vez más, los músculos se tornaban tensos y el sudor comenzaba a escurrir sobre su rostro.
Realmente no sabía nada, no lograba recordar nada, se levanto y quedo sentado en la cama, poco a poco comenzó a sentir un insoportable dolor de cabeza que lo obligo a cerrar y apretar fuertemente los ojos para que ese sentir pasara. Volvió abrir los ojos, la mirada la tenía dirigida a la ventana a la cual se dirigió para ver lo que había afuera pero a la mitad del recorrido su mirada fue desviada por una imagen que llego a sus ojos, caminó hacía un escritorio que tenía en frente, tomo un portarretratos de marco negro y lo observo fijamente, era la foto de un hombre al cual no reconocía pero el verlo le provocó una extraña sensación, mientras bajaba el portarretratos y lo dejaba en su lugar vio que en el escritorio había también un espejo , el cual alzó hasta la altura de sus ojos, los miro fijamente en el reflejo tratando de encontrar respuestas a las preguntas que aun rondaban en su cabeza, no encontró nada. Escucho un ruido que lo hizo reaccionar súbitamente haciéndolo soltar el espejo el cual se estrelló en el piso rompiéndose, el sonido venía de la cama dónde había despertado. Se acerco lentamente a ésta, cuando estaba a un par de centímetros, lo que había hecho aquel sonido se movió, era un hombre que parecía estar dormido; se le quedó viendo fijamente a la cara, esa cara….. la cara que había visto en la foto, ¡Era él! Cuando volteo de nuevo al escritorio para reafirmar su idea el hombre en la cama abrió súbitamente los ojos y lo sujetó del antebrazo provocándole un susto el cual fue mayor al darse cuenta que los ojos de aquel hombre eran los mismos que había visto en el espejo ahora roto. El hombre en la cama poco a poco fue soltando su antebrazo y volvió a cerrar los ojos dejándolo confundido y con una marca en su brazo.
Comenzó a caminar hacia atrás sin saber nada de lo que estaba pasando y de sentir frio en sus pies debido a que estaba descalzo...
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