Sentado de nueva cuenta en una banca al caer la noche acompañado, si se le puede llamar compañía a un café casi frío y a un par de cigarros esperando ser fumados. Una escena nada ajena a mi vida, a mi pasado; cambian los lugares pero sigue siendo lo mismo: Una patética imagen de un hombre, una imagen en blanco y negro por la ausencia de vida, rodeado de fantasmas de lugares, personas que no permití que fueran en mi vida....Veo como mi vida se va con las volutas de humo del cigarro que encendí.
Recuerdo donde tengo que regresar en un par de horas, de minutos, a una escena tampoco nada ajena. Un área que parece ser un cuarto de dos por dos metros, rodeado de cosas que no son mías, que me son ajenas y donde existe un lugar en el suelo para que el cuerpo que cargo temporalmente toda esta carga emocional tenga para descansar por un periodo de tiempo.
Un lugar donde comparto el espacio con la nada, con tu ausencia y donde de nueva cuenta me encuentro sólo. Tardo tiempo en conciliar el sueño, insomnio le llaman algunos, ocupo ese tiempo para intentar encontrar respuestas por medio de la escritura.
Subo la escalera, entro a la habitación e inmediatamente enciendo un cigarro, me quito los zapatos y prendo la cafetera.. Observo el hueco que hay en lo que intento llamar cama; la lampara que está encendida desde la mañana ilumina un par de cosas que contienen parte de mi vida. Me acuesto y mientras fumo busco la manera de continuar luchando esta vida que me fastidia día a día. Con la renta encima, proyectos pendientes, dos o tres poemas en mente con ganas de decírtelos al oído, me pregunto cómo seguir de frente a pesar de todo...
a veces tengo las ganas desgastadas de apretar los dientes por no dejarme caer ni vencer por los demonios que habitan en mi interior y que sólo buscan la forma de alimentarse de mi. Busco respuestas mientras dejo salir el humo del cigarro por mi nariz, no logro ver las cosas desde afuera. Las heridas ocasionadas hace tiempo tratan de ser lo más objetivo posible en las circunstancias en este preciso momento buscan ser remendadas. Aunque todavía muy en el fondo de mi ser, de mi alma algo se sigue preguntando si realmente existe gente que esta predestinada a estar sola, no lo sabe.
Tengo que seguir buscando las cosas entre el polvo del piso, entre las cobijas manchadas de café. Seria bueno darme unos minutos para pensar e intentar reflexionar si es necesario seguir escribiendo acompañado de esta pluma, cigarro y taza de café. Esperar la inevitable noche que no me permitirá continuar escribiendo, ¿no será mejor de cierta forma no hacerlo? Me quejo de todo como siempre mientras olvido lo que tengo que hacer. No acierto a las respuestas correctas para lo que me pregunto, me distraigo tan facilmente de todo y el tiempo sigue pasando; bien puedo seguir escribiendo todo lo que pasa por mi mente, todo hasta lograr poner un punto final al texto, un punto final que no resuelve nada.
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