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Un café sin azúcar de trece pesos, justo lo que necesitaba para pasar una tarde nublada en una banca del jardín. Llevaba mi chamarra puesta ya que el frio era bastante fuerte.
Ahí, sentado, inerte, sin sentido, sólo pasando la tarde observaba unas cuantas parejas en las bancas aledañas, abrazados, dándose calor mutuo, algunas de ellas más que un beso apasionado, otras diciendo todo en un silencio. Me preguntaba ¿Qué sera aquello que experimentan? ¿De qué se trataban esos juegos afanosos del amor? ¿Es cierto que se puede penetrar el alma de alguien más íntimamente?
En fin, acepté las cosas y miré al destino burlarse de mí pero lo ahuyenté con un sorbo al café. Había comprado una cajetilla de cigarros la cual abrí y comencé a jugar un rato con un cigarro entre mis dedos mientras una cantidad inmensa de ruidos llegaban a mis oídos ya cansados de tanto escuchar. Saqué el encendedor para prender el cigarro, el cual ya tenía en la boca, prendí la flama y lo acerqué a mi cara pero debido al viento se apago; volví a prenderlo ahora cubriéndolo con mi otra mano y justo cuando iba a prender el cigarro, una voz rompió el silencio. Una voz dulce, inocente, infantil; pudo haber salido de cualquier parte pero sin saber de dónde, sabía que me hablaba a mí.
-Hola, ¿me puedo sentar?
Volteé al frente. Debido a que tenía la mirada hacia abajo lo primero que vi fueron unos zapatos, los cuales me dieron la señal de que se trataba de una niña, éstos se veían desgastados de la punta y estaban sin bolear, las calcetas le llegaban arriba de los tobillos y también se veían desgastadas como cuando la ropa es lavada con mucho cloro; seguí subiendo la mirada para toparmé con un par de rodillas cenizas con unos cuantos raspones. Traía un vestido color lila que le quedaba chico, el encaje de los holanes estaba roto, la tela se veía vieja y sucia, al parecer hace tiempo no lo lavaban. A la altura del pecho tenía bordada una flor, la cual no alcancé a distinguir muy bien, arriba de la flor bordado con hilo color rosa: su nombre.
Los brazos cortos, aecuados para una niña pequeña, los codos al igual que las rodillas las tenía cenizas. En la mano izquierda traía un block de veinte por treinta centímetros aproximadamente, supe que era de papel fabriano debido a la presentación de éste, era como el tenía en séptimo trimestre para técnicas antiguas. En la otra mano traía una pluma.
Al llegar a su rostro, el cual era de una tez morena clara, tenía los rasgos muy finos, adecuados a una niña de no más de cinco años. Sus labios estaban resecos y eran delgados, las mejillas mostraban un poco de mugre y aun así se mostraba una piel tersa y suave. Las orejas sin aretes eran cubiertas por el pelo color negro ébano como nunca había vistoy el cual emanaba un dulce aroma, como de niño. Sus ojos de color café oscuro casi negros cubiertos por unas enormes pestañas, su mirada profunda, penetrante. Todo su rostro mostraba inocencia, la cual transmitía tranquilidad; por un instante quedé paralizado contemplando esa miradamientras ella la mantenía fijamente en mí, veía en sus ojos algo inmenso, no sabía si era tristeza, melancolía, miedo… sus ojos eran tan expresivos que no podía saber que expresaban, era una conjugación de sentimientos y emociones, al igual que ella me le quedé mirando fijamente, un duelo de miradas comenzó .Yo perdí. De pronto dejé de escuchar mi entorno, pareciera como si su mirada hubiese absorbido todo a mi alrededor, dejé de sentir el viento en mi rostro, el cigarro se me cayó de la boca, estaba paralizado.
-Ashhhh!!! Qué hola!
-Qué si me puedo sentar?
Con esa pregunta ella misma rompió el silencio que había generado y yo volví a la realidad, recuperé mi tiempo y espacio en la banca.
Este… si, claro, siéntate –respondí –
La niña se sentó a mi lado, los pies no le llegaban al suelo. Puso el block en sus piernas y tomó la pluma como si fuese a escribir algo, lo abrió y al hacerlo noté que sólo tenía una hoja. No sé qué habrá pasado en mí por la presencia repentina de esta pequeña pero poco a poco recuperé el sentido, me agaché para recoger el cigarro que se me había caído, cuando estaba a punto de prenderlo la pequeña me pidió que no lo hiciera, que por favor no fumara mientras ella estaba ahí, que si gustaba después de que se fuera lo hiciera y con su carita hacía mí me ofreció una sonrisa sincera, la cual no fue recíproca.
¿Cómo te llamas? –pregunto-
-Me llamo Ernesto pequeña.
-Oh! ¿Así como la caricatura de Ernesto el vampiro de canal once?
-Así es.
-¿Qué haces aquí sentado ¡¿eh?! ¿También esperas que vengan por ti?
No sabía que responder.
-No, no espero nada, sólo estaba tomándome un café y apunto de fumar.
-¡Qué aburrido!
-¿Tú crees?
-Pues sí, estar sentado aquí nada mas, sin hacer nada es muy aburrido.
-A mí me gusta hacerlo, usualmente leo un libro o escribo algo, sólo que hoy no traje nada, así que sólo tomo café. Tú sólo esperas que te recojan?
-Sipi, mis papis están en el mercado, a mí no me gusta ir a comprar el mandado, huele muy chistoso y cuando estamos comprando el pollo huele muy feo así que dijeron que luego pasaban por mí. A mí me gusta dibujar mucho, siempre cargo mis block, pero mira: ya se va acabar éste, sólo me queda una hoja así qué será el mejor dibujo.
Su cara mostraba una enorme felicidad cuando hablaba.
Proseguía
-Le hago dibujos a mi mami. A mi papi no porque es muy enojón.
-Ya veo. ¿Qué te gusta dibujar?
-Uh, pues de todo! Pero ¿sabes? La gente y los demás niños no entienden mis dibujos, no les gustan, dicen que dibujo feo, pero no me importa, a mí me gusta hacerlo y siempre lo haré, cuando sea grande voy hacer muchos dibujos para que todos estén felices, no se enfermen y nunca se peleen.
Ese comentario fue bastante extraño para mí.
-Te ves triste Ernesto, no estés triste – me dijo- te voy a regalar u dibujo para que no lo estés ¿va? ¿Qué quieres que te dibuje?
Al escuchar eso me quedé de nuevo paralizado, no sabía que responder.
-No pequeña, esta bien, mejor hazle un dibujo a tu mamá, eso la pondrá muy feliz. Fue lo único que se me ocurrió decir.
-¡No! Te lo voy a regalar a ti.
No podía hacer nada más que aceptar, bien pude haberme parado y dejar a la niña en la banca, pero por alguna extraña razón no lo hice, simplemente asentí a su orden.
-Nada más que para hacer mi dibujo tengo que hacer algo para que funcione.
La niña se paró en la banca y me sostuvo la cabeza con sus pequeñas manos, con sus pulgares froto mis parpados para luego juntar su frente con la mía.
-¡Listo! -dijo ella- ahora haré el dibujo.
-¿Qué me vas a dibujar? Pregunté.
-Pues lo que vi, ya verás, tu espérate.
Por un momento me quedé pensando. ¿Lo qué vio? ¿Qué fue lo que vio? Acaso dejará el papel en blanco o dibujará algo sumamente pesimista, muerte, soledad, ¿Cómo puede esta pobre niña plasmar eso en papel? Tomé mi café y le di un par de tragos, ya no estaba caliente como a mí me gusta.
-¡Espera! No empieces aun, te voy a dar algo para que quede más bonito el dibujo. En mi chamarra traía un lápiz de dibujo 4B, se lo di y le dije: Mira, con este lápiz tus dibujos quedarán mejor. La niña tomó el lápiz y me sonrió.
Con una gran concentración y la lengua de fuera hacía trazos, volteaba el block, se mostraba seria. Yo seguía bebiendo. No pasaron más de cinco minutos cuando me dijo que el dibujo estaba terminado. Con cierto nerviosismo tome el block que me ofrecía, no esperaba nada en particular, ¿Qué pudo haber dibujado?.
En el papel blanco vi el dibujo de una persona, a lado de este había un circulo negro, parecía como si esta persona estuviera en una habitación, en la cual había una ventana, una gran ventana, por fuera de ésta se veía un redondo sol que sonreía o simulaba hacerlo, también fuera de la ventana se veía un árbol, un árbol muy alto que llegaba casi al sol, éste tenía muchas ramas y ciertos frutos que parecían manzanas, del tronco salían unas especie de manos. Pero al fin y al cabo parecía un árbol y la persona dentro del cuarto parecía yo.
El cuarto estaba vacío, no había nada, mientras observaba a la persona detalladamente la pequeña me pidió el block, había algo que faltaba y la niña lo encontró, me puso mi arete en la oreja izquierda y continuó con una mesa en la parte de atrás de la habitación dónde dibujo un florero y en él una flor, un alcatraz para ser específico o eso pensé, puso un cuadro colgado en una de las paredes, éste mostraba dos círculos: uno blanco y uno negro. Dejo el block y dijo que había terminado, que sólo le faltaban esas cosas,
Ésta es tu foto señalando el otro lado de la habitación, ahora dibújame tú a mí. -dijo-
Estaba fuera de mí, no sabía que pensar, trataba de descifrar porque había dibujado eso, ¿Qué era lo que quería decir? Y luego pidiéndome que la dibujará.... Así que dejé de lado mis pensamientos acerca de lo que significaba para mí, al fin y al cabo sólo es un dibujo.
Dibujé una niñita, en su mano el block y el lápiz que le había regalado, después, cuando iba a dibujarle una flor en el cabello pasó por mi cabeza preguntarle ¿cuál era la flor que tenía bordada en su vestido para que fuése la misma? Pero al momento de voltear, la niña ya no estaba.
Dejé el block de lado, me paré de la banca y voltee a todas direcciones buscando a la pequeña, no apareció. Le pregunte a una de las parejas en otra de las bancas si no había visto a la niña con quien estaba, se voltearon a ver y me dijeron que nadie había estado conmigo, que había estado sólo todo el tiempo, nadie se había sentado a mi lado. Me volví a sentar en la banca, pensativo, tomé el vaso con café, aun seguía lleno e igual de caliente como a mí me gusta. Extendí mi mano para tomar el block y para mi sorpresa ya no estaba, lo busqué ebajo de la banca y tampoco lo encontré, sólo vi el lápiz tirado en el suelo. Cerré los ojos y me recargué en la banca para luego dar un suspiro. Saqué otro cigarro de la cajetilla y lo prendí, justo después de darle la primera fumada escuche una voz que me decía:
-¡Te dije que no lo hicieras mientras estuviera aquí Ernesto!
Abrí repentinamente los ojos y el cigarro cayó al suelo……
6 comentarios:
Tole! Acabo de leer esta entrada y aun cuando al principio se ve larga, es bastante interesante! te mantiene pegado a la lectura y captura la atencion perfecto!! Y es dificil hacer que el lector se mantenga interesado, pero tu lo lograste en verdad.! Me gusto y mas aun el final que es lo que le da el toque a todo el escrito, desde mi punto de vista. :). Me da gusto que aun existan personas que tengan el gusto por escribir y definir con palabras todo aquello sienten y viven.
Por que borras los comentarios ¬¬
yo ya habia posteado aqui! aaa solo era para decir que luce genial! como antes!
:O me trasladaste ahi y te imagine, imagine todoooo y quede helada con el final. genial!!!
me viaje tole...
damn! creo que sorpresa es la primera idea que me viene al pensar en que escribir en esta entrada, eso de ser extremadamente descriptivo es lo tuyo, cuando llege a la parte en la que se esfuma grite ¡nahh no es cierto!. Esa capacidad de envolver al lector es fascinante, y ahora que vuelvo a la realidad... bueno encuentro mucho significado a ciertos elementos de la narracion.
Hola Ernesto, está muy padre tu cuento, me gustó, como alguien escribe por ahi logras mantener la atención. Me gusta su esencia y la forma de como lo lo llevas...
Sigue escribiendo, lo haces bien, te sale bien.
Te mando un abrazo.
Tu tío Carlos
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