Siempre es de la misma forma: comienza con un dolor tenue que poco a poco se va acrecentando más y más hasta ser insoportable y terminar inconsciente. Las pastillas poco a poco han dejado de ser efectivas, las dosis cada día aumentan más y la búsqueda de nuevos métodos para mitigar la sensación cada día son más frecuentes. Tengo entendido que existen umbrales del dolor y que si estos son sobrepasados por uno superior el anterior cesa. Pero qué hacer para mitigar un dolor que es insoportable, ¿qué sensación es superior a la de estar explotando por dentro? Primero mis brazos se llenaron de cicatrices, cada vez más profundas y frecuentes hasta el punto en que no recuerdo si aquella vez terminé inconsciente por el dolor, por la sobredosis o porque casi muero desangrado. Al final desperté en una camilla de hospital rodeado de gente desconocida que no dejaba de mirarme y hacerme preguntas de las cuales no recuerdo ninguna. Si tan sólo hubiese controlado las dosis desde que el dolor era soportable…..Pero sentir el iboprufeno recorrer la sangre, aquella sensación placentera…..Si no fuera porque también lo que hacía explotar pensamientos agresivos en mi ser aumentó ahora no me encontraría en la situación en la que estoy. Recuerdo el último ataque que tuve…..Me encontraba haciendo una pintura al oleo, para ser específico, hacía un autorretrato. Llevaba ocho cigarros fumados, al intentar encender el noveno, sucedió. Poco a poco comencé a sentir esa ligera pulsación dentro de mí, era controlable. Me puse de pie, saqué de mi chamarra el pastillero y tomé dos ketorolaco, me los tragué sin agua. Al no sentir remedio alguno opté por tomar sólo un Iboprufeno y una pastilla de las verdes y encender mi cigarro, comencé a fumar. El medicamento poco a poco hizo efecto. Pero es en esos momentos cuando aquella pulsación es la justificación exacta para hacer todo aquello que en mis cinco sentidos y tranquilo no haría, cierta agresividad comienza a brotar en mis pensamientos, recuerdo toda la gente que ha dicho, hecho cosas que no son de mi agrado, tomó mi cuchillo y comienzo a imaginarme y actuar que es lo que haría sí los tuviera frente a mí. Afortunadamente es sólo ficción, no quiero pensar el día que ya no pueda controlarlo y suceda realmente. Comienzo a caminaren círculos, las luces me molestan y mi respiración aumenta de ritmo. Prendo el iPod y selecciono el disco Adrenaline de los Deftones, necesito ruido, estruendo…..Sin darme cuenta llego al cigarro número quince, no sé cuánto tiempo ha pasado pero el Iboprufeno comienza a desaparecer de mi cuerpo, necesito más, ya no hay. Busco otras opciones, encuentro marihuana en la mesa, pero sólo es la mitad del hitter; suficiente. El dolor comienza subir de intensidad y yo comienzo a ponerme más ansioso, mis manos sudan. Me jaló el pelo tratando de provocar un dolor más fuerte del que siento, mis resultados son en vano. Veo mi cuchillo junto a mis brazos, luego junto a mi torso lleno de cicatrices, sé que no servirá de nada lacerar mi cuerpo, me abstengo de hacerlo, recuerdo también que ya no puedo morir más veces, aparte de que aquella sensación, la de morir, no provoca dolor, si no cierto placer…..El dolor me tiene hincado, la luz tenue de mi estudio me molesta en sobremanera, me tapo el rostro y alcanzo a ver entre mis dedos que aun sigo vivo y en el suelo. Tiro el cigarro y me quemo la mano, no siento nada. Estoy tirado en el suelo, quiero que se vaya, volteo al techo y veo como se ríe de mi, maldito hijo de puta!-pienso- ya déjame en paz. Se nubla mi vista y termina siendo todo oscuro. Abro un poco los ojos y la luz del amanecer entra por mi ventana, tengo sed y me duele la cabeza, siento húmedo y frio el suelo, noto que estoy en un charco de sangre pero no sé de quién es o cómo llego ahí. Me pongo de pie, ya no tengo cigarros. Voy al baño, me mojo la cara y doy un fuerte suspiro y alcanzo a escuchar a lo lejos: I get all…numb, when she sings it´s over. Such a strange numb….
No hay comentarios:
Publicar un comentario