“El término seguridad proviene de
la palabra securitas del latín.
Cotidianamente se puede referir a la seguridad como la ausencia de riesgo o
también a la confianza en algo o alguien. Sin embargo, el término puede tomar
diversos sentidos según el área o campo a la que haga referencia”
El párrafo de arriba fue tomado de
un diccionario, pero como lo dice, es una palabra un tanto subjetiva, depende
mucho de que rubro se esté hablando. Lo que queda claro es que es algo que todo
mundo busca o pretende tener en varios aspectos de su vida; la seguridad de que
vamos a vivir un día más, de tener el suficiente dinero para comprar algo, de
haber contestado correctamente un examen. En otro caso es algo que también se
pide; al gobierno por la situación actual de la inseguridad, a la pareja actual
para verle futuro a la relación, al banco de que nuestro dinero será bien
resguardado, etc. Así podría seguir con más ejemplos.
Ciertamente hoy día si se le
pregunta a alguien que es lo primero que se le viene a la mente sobre esa
palabra, lamentablemente quizá sea lo contrario: inseguridad, inseguridad en la
ciudad en la que vivimos; esto convierte a uno en un estado de completa
inestabilidad que complica la existencia. Recuerdo haber escuchado y después
puesto en práctica el decir que el hombre de lo único que está seguro es en
cuanto al tiempo y el espacio, sabemos que sólo estamos aquí y ahora. Si se
vive en una inestabilidad, el par de
términos mencionados arriba se desvanecen, convirtiéndonos en seres banales sin
ningún tipo de seguridad.
¿Cómo es posible estar seguros? Cabe
señalar que de nueva cuenta el término entra en subjetividad. Bien podría
mencionar como obtener seguridad en cuanto a las cuentas bancarías, seguridad
de que mañana estarás bien y mejor (claro, lavando el cerebro con un discurso
de Paulo Cohelo), seguridad en casa si es que llega haber un catástrofe o bien como
andar en la calle sin que corras peligro de ser asaltado.
Mostrar seguridad en tu persona a
los demás procura un bienestar personal, caminar derecho, con la vista en lo
alto, el pecho erguido; si se va en la calle y viene una persona de frente
caminar derecho sin vacilar, esperando que sea el otro transeúnte quien desvie
su trayectoria al tratar de evitarte. Levantarse por la mañana, verse al espejo
y después de decir: “Hoy es el mejor día de mi vida” respirar profundamente y
con la mayor concentración posible salir se casa con la mayor seguridad en tu
persona, estar seguro, valga la redundancia que ese día estarás seguro de que
no te pasará nada donde quiera que estés.
Pero lamentablemente si el destino
o por coincidencia te toca una balacera, un choque automovilístico o que te
caiga un yunque en la cabeza dejarás de estar seguro. Uno puede estar seguro de
que todo está bien, pero de lo que no puedes estar seguro es del contexto en el
que vives, eso no lo puedes cambiar ni evitarlo. Reitero lo dicho con
anterioridad, sólo se está seguro del aquí y del ahora, por ejemplo, estoy
seguro estar sentado frente a un monitor y de que también mi ensayo no habla de
lo que debía haber escrito, o quizá sí.
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