Nunca lo he tenido, creo yo. Creo que existe porque me lo han dicho y quizá también lo he visto por ahí en lugares ajenos a mí. Ella decía que algún día me iba a llegar, hasta el día de hoy junto a esta taza de café lo sigo esperando. Quizá mi destino en él, este escrito que nunca lo tendré, no pertenece a mi ni forma parte de mi.
Pero me pregunto, ¿He hecho lo debido para conseguirlo? ¿Seguí correctamente el manual con el que viene incluido? Recuerdo tiempo atrás haberlo probado, pero sólo fue una ilusión pasajera; como si lamiera un rico helado que con el tiempo se derritió.
Aunque hoy día posiblemente me engañe y de verdad yo sea el mismo que deseche cualquier oportunidad para tomarlo. No me hace falta para ser feliz aunque para muchos sea lo único que les produzca felicidad, o tal vez estoy muy equivocado.
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