La siguiente entrada se lee de la siguiente forma: reproduce el primer video, ya que la canción empiece, comienza a leer, deja que la canción transcurra y sigue leyendo. Durante el texto te encontrarás con más videos, reprodúcelos antes de seguir leyendo, se supone que esa canción va a doc con los que sigue debajo de éste, no importa si el pasado se haya terminado o no, si no ha terminado ponle pausa y ve reproduciendo los videos en cuanto se vayan apareciendo. Gracias
Perfección
A Lucia

Perfección
A Lucia
La cita era a las seis de la tarde, habían acordado ir vestidos de negro color que gustaba a ambos para el pimer encuentro, de ahí partirían a la casa en la colonia Santa María la Rivera la cual estaba próxima a ser demolida para construir unos departamentos.
ÉL
Él había preparado toda la casa con anticipación para que no se produjeran contratiempos durante la cita. En la parte de abajo, el cuarto al final del pasillo el cual tenía una ventana que daba a la calle. Llego a las diez de la mañana, limpio le cuarto, barrió, trapeo y sacudió los muebles para sacarlos después. El cuarto quedo vacio. Dispuso de una tina vieja, la acomodo al centro del cuarto justo debajo del foco, única fuente de luz que iluminaba la habitación, de tal manera que si alguien estuviera en la tina tendría vista a la ventana; acomodo también un sillón frente a la tina y una pequeña mesa a lado de éste, dejo un libro y un cenicero en ella.
El set está listo – dijo-
Aun era temprano: tres de la tarde, salió de la casa y con mochila al hombro fue a un hotel a tomar un baño y descansar un rato. Ciento veinte pesos fue la cuota que tuvo que pagar para poder entrar. Tomo la ducha y al salir del baño se quedo dormido, desnudo en la cama, despertó a las cinco de la tarde, justo a tiempo. En la mochila traía un pantalón negro y una camisa del mismo color; se rasuró y vistió, quería estar lo más presentable posible.
Salió del hotel a las cinco y media, según él era un excelente tiempo para llegar puntual, tomo la mochila y empezó a caminar, lo hizo a un paso lento, lo cual le hizo perder tiempo, pensó, opto por tomar un taxi para llegar a su destino. Llego cinco cincuenta y cinco , cinco minutos antes.
Perfecto –exclamo-
-¿Cuánto le debo?
-Son veinticinco pesos joven
Pagó con un billete de cincuenta pesos, por lo cual recibió veinticinco pesos de cambio. Cruzó la calle al lugar dónde era la cita pero aun no había llegado así que mientras se disponía a esperar prendió el último de sus cigarros y espero. Una brillante idea le llego a la cabeza, así que caminó doscientos metros hasta llegar a una vinatería que estaba ahí.
Buenas tardes señora –dijo-
Buenas tardes joven. ¿Qué se le ofrece?
Mmm una botella de whiskey, el mejor que tenga.
Claro, mire, tengo ésta de trescientos pesos, es una excelente opción y de regalo se lleva tres latas de agua tónica, una combinación prefecta para su cita.
Él se quedo pensando -¿Cómo sabe que tengo una cita?- Aquel comentario lo incomodo a lo que respondió:
-¡Que le importa si tengo una cita o no! Sólo deme la botella y ya.
La señora del lugar vio en su mirada algo extraño y opto por guardar silencio, tomo la botella y la guardo en una bolsa de papel estraza.
-Aquí tiene joven, son trescientos pesos-
Agarro la botella y la guardo en la mochila, saco de la cartera un billete de doscientos pesos, dos de cincuenta y los entregó.
-Quédese con las latas, el ardor no es el mismo con esas chingaderas-
¡Ah! Por cierto, unos cigarros también.
La señora sacó dos marcas diferentes y las puso en el mostrador
-¿De cuáles?
El joven pensó por un momento y tomo los de la izquierda.
-Son veintiocho pesos por favor.
El joven pagó con otro billete de cincuenta pesos, en lo que la vendedora se agachaba para darle su cambio, el joven salió de la vinatería.
-¡Su cambio joven, su cambio!
La señora salió del local y al tratar de alcanzarlo el joven ya estaba muy adelante.
-¡Idiota! ¿Cómo regala veintidós pesos en esta crisis?
Para esto, el joven vestido de negro ya estaba parado en el lugar de la cita. Eran seis con cinco minutos y aun no aparecía, abrió la cajetilla de cigarros y prendió el primero de ellos. No llevaba ni la mitad cuando sintió una presencia por detrás. Volteó y ahí estaba, vestida de negro como habían acordado; se encontraba pálida, con delineador negro en los ojos y el pelo hacía adelante lo cual ocultaba su ojo izquierdo. Ella miró al joven con atención y amablemente sería, dio un paso hacia adelante y dijo:
-Buenas tardes, perdón por el retraso-
ELLA
Habían acordado por msn quedarse de ver al otro día en cierto lugar, eran ya las dos de la madrugada, hora usual en la que ambos platicaban. Se despidieron y él se desconectó, ella siguió despierta una hora más y a las tres de la madrugada se desconectó, apago la lap top y la dejo en su cama, aun no iría a dormir ya que todavía tenía que lavar los trastes, lo cual se dispuso hacer, mientras enjuagaba un vaso pensó:
-Me queda relativamente cerca, no creo hacer más de cuarenta minutos-
Terminó con los trastes y se fue a su cuarto, no podía dormir así que se quedo acostada viendo el techo, imaginando diversas figuras en él, al estar haciendo esto cierto nerviosismo la abordo al encontrar la figura de un hombre, de un extraño ya que no sabía de quien se trataba y con la imagen de esta persona se quedo dormida por fin, eran las cuatro con treinta seis de la madrugada.
Despertó a las diez de la mañana, lo hizo con un fuerte dolor de cabeza y un horrible mareo.
¡Puta madre! –exclamo-
-De nueva cuenta amanecí así, ¡Me caga! ¿Por qué tuvo que ser este día? Lo más probable es que cancele la cita….
En ese momento su celular sonó, era aquel muchacho con el cual llevaba ya cierto tiempo en una relación de noviazgo.
-Buenos días
-Hola
-No amaneciste bien ¿verdad?
-No, no lo hice, me duele la cabeza y estoy mareada
-Mmm que mal, ¿Qué vas hacer hoy?
-Nada, supongo que quedarme en casa, no quiero salir ni hablar con nadie, así que aquí me quedaré
-Ok, pues espero que se te pasé el malestar físico
-Gracias. Te amo, nos vemos luego
-Yo también te amo, sabes que ahí voy a estar
-Bye.
Colgó el teléfono sin saber que esa era la última vez que hablaba con él y la última vez que usaba su celular.
Debido a que el joven con quien había acordado la cita no tenía celular le era imposible contactarlo para cancelar la cita, no estaba conectado y sería difícil que lo hiciera.
-Ni modo, tendré que dejarlo plantado, lo siento mucho pero no estoy de humor para nada-
Era la una de la tarde, aun seguía en ropa de dormir, no se había bañado y no había probado alimento alguno. Se encontraba sentada frente a la computadora, inerte, sería, sin sentido alguno escuchando música y deseando por dentro que todo a su alrededor desapareciera, que todas las personas que consideraba murieran y dejaran de existir. Sentía una necesidad, no sabía de qué pero sabía que le hacía falta, eso podría completar su existencia, su ser. Estaba harta de no llenarse y de sentirse así; de fondo escuchaba la canción Fade out de Radiohead la cual la mantenía algo serena. Pasaron mil ideas, pensamientos por su cabeza, cansada de tener que seguir aprendiendo, sabiendo que nunca lograría dejar de aprender algo nuevo, ni de tener el conocimiento total, siempre seguiría deseando aprender más, siempre incompleta. Admiraba, gustaba el tener el poder sobre los demás: cosas y personas, pero, ¿Podría ella tener control y poder sobre ella misma?. Gritaba, ansiaba tenerlo pero cuando parecía lograrlo era ella misma quien dejaba toda posibilidad de solucionar las cosas, una retroalimentación negativa en sí misma.
Escucho una voz, no sabía si venía dentro si misma o del exterior que le decía:
-Voy a decirte una cosa: Cierra tus ojos y duerme un poco, eso es lo que necesitas.
¡Me dices que duerma! –Respondió eufóricamente- Vaya idea que tienes de mi sueño ¡Dormir en este momento, aquí en mi cama, entre tantas cosas que me rodean y me incomodan!
Cierra los ojos –Dijo nuevamente la voz-
No sabía de dónde venía la voz que hablaba, que a pesar de ser una voz serena, tranquila, buena, algo profunda, una voz paternal. Algo paso por su cabeza, era bueno obedecer a esta voz, ya lo había experimentado, así que obediente cerró los ojos, apoyo la cabeza en sus manos, oyó zumbar a su alrededor cien ruidos violentos, le hizo sonreír la idea de dormir justo en ese momento y se quedo dormida justamente cuando Yorke decía la última frase de Fade out…..
Despertó súbitamente a las cuatro con cuarenta y cinco minutos de la tarde, lo hizo con una sola palabra en la cabeza, la cual parecía la clave para estar completa y así, tal vez por inercia, se paro y fue directamente a bañarse, al salir tomo un par de prendas negras y se delineo los ojos, tomo sus llaves y celular y salió de su casa; eran cinco veinticinco de la tarde, tomó un taxi y le indicó el rumbo. Eran las seis de la tarde en punto y aun estaba a un par de cuadras del lugar donde pretendía llegar.
Podría apresurarse un poco más por favor –Le dijo al chofer-
Hago lo posible señorita, pero los semáforos no –repuso el chofer-
-Mmmm está bien, gracias.
La dejo en su destino a las seis con cinco minutos de la tarde, pago la cuota y salió del automóvil, dio un par de pasos y alcanzo a ver una figura masculina de espaldas, se le hizo familiar pero no recordaba de dónde, siguió caminando y se aseguró que era el joven que la estaba esperando.
Se paró justo detrás de él, en ese momento volteo y se le quedo viendo, también iba de negro como habían quedado, Es él, estoy segura –Pensó ella- Se acerco un poco más, se quedaron de frente por un par de segundos y ella fue la que dijo las primeras palabras:
-Buenas tardes, disculpa el retraso-
ELLA Y ÉL
No te preocupes, estas cosas pasan –dijo el joven- tiro su cigarro y la saludo con un beso en la mejilla derecha.
¿Cómo estás? –Pregunto él-
Bien, normal. –Respondió-
Me da gusto, ¿nos vamos?
Si, vamos.
Ambos abordaron un taxi con dirección a la casa en la colonia Santa María la Rivera, durante el viaje no intercambiaron palabra alguna ni miradas, ambos contemplaban el paisaje y se mantenían serios. El taxi los dejo enfrente de la casa, entraron en ella, él por delante hasta llegar al cuarto que había sido escogido para el encuentro.
Toma asiento por favor –dijo él-
-Gracias-
Ambos se sentaron en el sillón y se quedaron mirando fijamente al otro. Él soltó una pequeña sonrisa la cual fue contestada de la misma manera por ella.
-Por fin eh!
-Asé es, por fin
-Es una buena tarde, despejada y con expectativa de luna llena
-No lo sabía, lo de la luna, pero si, el cielo parece estar despejado.
Él se paro del sillón y sacó de su mochila la botella de whiskey, un par de vasos, los cigarros y un cuchillo.
¿Gustas? –Pregunto él- Por un momento pensó la chica y acepto un vaso. –Gracias. Prendieron un par de cigarros y así, con cigarro y whiskey en mano comenzaron la conversación, una plática sin tema, sin objetivo en particular. El comenzó:
-¿De modo qué nosotros los de la nueva generación no estamos conformes ni con nosotros mismos ni con nuestros objetivos?
Posiblemente –contestó ella- Sintiendo la mirada de él fijamente. Nosotros, la gente joven, como nos llaman, no lo estamos, específicamente yo. Los demás son demasiados felices, vanidosos y presumidos, no se diga de egoístas y egocéntricos como tú, ¿no lo crees? Esto acaso no es lo esencial: son demasiado poco sinceros, tú me citas hoy para beneficio tuyo, satisfacción personal, de nueva cuenta tu egoísmo.
El joven movió la cabeza en negación, le dio un trago al whiskey y una fumada al cigarro, ofreciendo después una pequeña sonrisa la cual logro que el corazón de la joven palpitara fuertemente de repente.
-¡Ah! ¿Entonces tú me encuentras y juzgas de insinceridad? ¿No querrás explicarte más?
No –dijo ella- eso es lo que pienso y no te estoy juzgando
Él se tomó lo que quedaba del vaso de un solo trago y dijo:
-Ambos sabemos y por eso estamos aquí, lo conocemos y hemos sentido perfectamente el problema: la desesperanza de la vida humana, la tristeza emanada del cielo azul del día, la grandiosidad del momento y la miserable marchitez de las personas para consigo y los demás al seguir esperando algo de los otras personas y la improbabilidad de corresponder a un elevada sublimidad del sentimiento por esa persona, de modo que nunca saldrán de la cárcel de la rutina, la aspiración ardiente hacía el objetivo final de cada uno: la felicidad, que se vuelve engañosa para ti y para mí, todo este terrible flotar en el vacío y en la incertidumbre, estar condenado a lo efímero, a lo incompleto, a toda falta de comprensión y a la desesperante agonía de la naturaleza humana.
Aun así sigue existiendo gente que muestra su optimismo a un futuro incierto pero mejor, según, para ellos.
Ella bebió un poco del vaso y sintió como el líquido provocaba un fuerte ardor en su garganta, que llegaba hasta su estomago e incluso a su alma, dio una pequeña fumada al cigarro y dijo:
-¿Crees que todos desean o mismo? Felicidad, perdurabilidad en sus vidas mediante un combate a la muerte, trascender en la vida de alguien más; en lo particular nadie ha logrado tal efecto en mi vida aunque me muestre vulnerable a muchos cambios. Muchas veces he pensado que luchar contra la muerte, el afán absoluto y terco de querer vivir es el estímulo por el cual han actuado los hombres sobresalientes, claro, todo disfrazado de un sueño, un ideal, un objetivo; ahí tienes a Hitler, ¿no lo crees? Su afán por el poder, por la inmortalidad. Uno nunca se ha dado el tiempo para comprender que ya es hora de dar por terminado el juego, aunque aquí tiene mucho que ver la personalidad de cada uno, su cobardía y su impulso en la vida.
Ambos se quedaron callados y viendo a diferentes partes del cuarto, fumando y bebiendo del vaso.
Todos toman demasiado enserio las cosas, -pensó él- no se deberían tomar todo tan enserio, la seriedad es cosa del tiempo, se produce, pero al final uno sigue sin esperar nada…
Habían transcurrido un par de horas, la botella de whiskey llegaba poco menos de la mitad y ya habían sido fumados doce cigarros, platicaron un poco más de temas llenos de subjetividad, analogías y experiencias, cuando el joven de repente se paró, se sirvió el sexto vaso de whiskey, se acerco a ella y le dio un beso en la frente
-¿Estas lista?
No –dijo ella- dame un par de minutos.
-Ok, voy a preparar todo.
-Sí, aquí te espero.
Él salió del cuarto, ella le dio el último sorbo al vaso y prendió un cigarro más, se paro frente a la ventana y mientras fumaba recordaba lo que podía de su vida, experiencias, emociones, personas y anécdotas. Transcurrieron cerca de veinte minutos en lo que ella estuvo en la ventana mientras él llenaba la tina con agua caliente.
Ven –le dijo a ella- ¿Así está bien o más caliente?
La chica se acerco a la tina, metió la mano y sintió la temperatura. Así está bien, gracias –contesto-
Cuando quieras –repuso el joven- ya estoy listo, mientras decía esto, se arremangaba la camisa y prendía otro cigarro. Sacó de su mochila un pequeño radio con CD y se dispuso a poner un disco, ella por su cuenta se quitaba poco a poco la ropa, sintió el frio de la noche recorrer su espalda, su pecho. Le pidió que le sirviera un poco más de whiskey, el lo hizo después de poner en el reproductor de discos Ave María de Schubert, sirvió lo que la chica le había pedido, volteo para dárselo y ahí se encontraba ella, completamente desnuda, junto al sillón, le dio el vaso y ella se tomó todo de un trago.
Estoy lista –dijo ella-
Él se acerco, le levanto la cara y la miró fijamente a los ojos, le recogió el pelo y la abrazo, siendo recíproco el mismo, así se mantuvieron de quince a veinte segundos sin ningún pensamiento en sus cabezas, después él le pidió que entrara a la tina y mientas ella lo hacía el se daba cuenta de el juego de contrastes y tonalidades que daba su cuerpo desnudo, era hermoso.
Ella entró en la tina y poco a poco se sumergió acostada con los ojos cerrados él sacó de su bolsillo un frasco pequeño, era esencia de rosas y lo vació en el agua, ella se sumergió por completo y sacó su cabeza poco después, abrió los ojos y vio como se le quedaba viendo y fumando sentado en el sillón con el cuchillo en la mano, se quedaron nuevamente mirando fijamente el uno al otro mientras Schubert llenaba el vacio del cuarto.
Ave María, protegenos………
Esa era la última mirada que se daban, él se paró del sillón y volvió a servirse whiskey en el vaso y se lo tomó de un trago. Se acerco a la tina con el cuchillo en mano, dejo el cigarro en su boca y sacó otro frasco de su otro bolsillo, esta vez era tinta negra la cual derramo en el cuerpo de la chica, la cual gimió por lo frio que ésta se encontraba. La tinta recorrió sus hombros, sus pechos hasta llegar al nivel del agua, mezclándose con la misma haciendo que se tornara de un color grisáceo, ella se mantenía con calma, sabía que la palabra con que se había despertado esa mañana era su objetivo y que estaba pronto alcanzar. El joven la tomó de la muñeca y saco el brazo del agua, la sostuvo en lo alto y olió como la fragancia de rosas estaba impregnada en su cuerpo, aspiro profundamente y sintió como aquel aroma ya invadía todo el cuarto. Superpuso el brazo hacía arriba, la miró a la cara y con una sutileza puso el cuchillo en su muñeca, primero trazo con ligereza una línea de ahí al codo, luego regresando a la muñeca dijo:
-La luna si está llena y se ve en la ventana
Al decir esto presionó el cuchillo en la suave piel de la chica provocando una herida que comenzó a sangrar y de ahí siguió la línea que había marcado con anterioridad cortando la piel de la joven, una línea aproximadamente de veinte centímetros, la herida comenzó a sangrar abruptamente salpicando de sangre la camisa de él y el pecho de ella, la cual soltó un gemido mientras apretaba los dientes y los ojos, el observaba tranquilamente. Metió el brazo en la tina con agua caliente y se dispuso hacer lo mismo con el otro brazo. La sangre fluía en el agua, mezclándose con la tinta y la esencia de rosas; con ambas heridas en sus brazos la chica dio un suspiro y dijo:
-¿Es nuestra época la que no es seria? Nunca me sentí sola sabes, ni cuando lo estaba ni cuando había otra persona. Pero me habría gustado estar sola al fin, la soledad significa que estoy entera al fin, ahora puedo decirlo como esta noche, al fin estoy sola.
Él volvió a sentarse en el sillón, prendió otro cigarro y sirvió más whiskey, ella proseguía
-La luna nueva de la decisión. No sé si es el destino, pero hay una decisión, lo he logrado, lo sé y eso me gusta, claro, contigo también. Ahora es nuestro turno, no sólo toda la ciudad, si no todo el mundo participa en esta decisión ahora soy más que todos, represento algo, represento a la gente y a todo este pinche mundo lleno de los que están soñando el mismo sueño y que no conseguirán. Estamos decidiendo el juego de todos. Ya estoy lista, ahora es tu turno, tienes el juego en tus manos, ahora o nunca, me necesitas y me necesitarás, no hay historia más grande que la nuestra: la de un hombre y una mujer, será una historia de gigantes, invisible, transparente, una historia para la humanidad. Mira mis ojos, son la esencia de la necesidad, del futuro de todos los que están en este miserable mundo. ¿Sabes? Anoche soñé con un extraño, con él, sólo con él podría estar sola, abrirme a él por completo, toda para él, darle la bienvenida con todo mi ser, rodearlo con el misterio de la felicidad compartida. Yo sé que es él…… lo sé.
Estas fueron sus últimas palabras antes de hundirse por completo en la tina y dejar de existir, lo había logrado, por fin lo había logrado. Él se acerco a la tina, vio ese cuerpo hermoso, inerte, pálido, sumergido en agua, la mezcla de olores: sangre, tinta, rosas, vida, muerte, ella; hacían de esa noche un olor característico que nunca olvidara, la admiraba, la envidiaba, la odiaba y la amaba.
Metió los brazos y sacó la mitad de su cuerpo, la miró por última vez fijamente y se acerco para darle un dulce beso en la boca, un sutil encuentro entre un par de labios, era el sello y la prueba de que lo había logrado, por fin había llegado a su objetivo. Alejo poco a poco sus labios de ella y dejo que nuevamente se sumergiera.
Se alejó de la tina, prendió otro cigarro y se sirvió lo último que quedaba de la botella de whiskey, se acercó a la ventana, la luna brillaba bastante esa noche, le dio una fumada al cigarro y pensó:
-Por fin lo conseguiste, ahora no hay cosa más grande que tú, tienes el mayor de los conocimientos del hombre en la vida, ninguno lo posee más que tú, tienes en tu ser el conocimiento de la muerte, lo has logrado, has alcanzado la perfección.
Ernesto Toledano
---Ahora mientras termina la última canción, cierra los ojos, piensa por un momento que es lo que realmente tenemos que aprender.... Everybody´s gotta learn sometimes---
4 comentarios:
Oks Ernesto! Me declaro admiradora de lo que escribes! En verdad!! Has hecho esta mañana mas que interesante para mi! Me encanta tu forma de ver las cosas! Woow! Sin palabras! Me gusta tu blog, tus escritos, conceptos, fotos, ambientacion. Mis respetos sinceramente.
pff en verdad que esta genial, sinceramente ya estaba pensando en como era la historia y sin embargo tomo un rumbo diferente. me encanto y más la parte q menciona sobre lo q esperan todos y como a veces no correspondemos.. etc. Y la musica me demuestra un poco como eres tu. ame la de placebo =). Espero seguir leyendo más cosas tuyas, lo haces excelente.
toledaaaaaaaaaaaaaano no ma'
al final justo antes de uqe leyera que cerrara los ojos lo habia hecho ..
tengo miedooo!!!!
aun no puedo contestarte, tengo que.. pensar
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