Aun sigo sangrando, no sé cuánto tiempo llevo así, la sangre brota de todos lados: ojos, nariz, boca; no puedo más…. ¿qué está pasando? Cierro los ojos y trato de recordar como llegué a esta situación…..(un par de minutos).
-ahora lo recuerdo-
Intentando que se fuera, que me dejará en paz porque ya no podía con eso, todo era tan diferente, tan extraño, necesitaba dejar mi dolor de lado, toda esa mierda que he soportado ya me canso. ¿Acaso he vivido lo mejor que he podido? –me preguntaba- Fue ahí cuando corrí al cajón debajo de la cama, saqué la caja negra y de ésta el frasco, un frasco con capacidad de no más de tres mililitros, suficientes para hacer que se fuera.
-estoy listo-
Abrí el frasco, el olor invadió en seguida la habitación provocando un ardor en mis ojos y nariz haciendo que tosiera pero no era suficiente como para detenerme. Bebí el contenido líquido del frasco. Un fuerte ardor comenzó en mi boca y llegó a mi estómago doblándome de lo fuerte que éste era, me hinqué poco a poco hasta recostarme en el helado piso de mi cuarto. El ardor se intensificaba, mi cuerpo aumentó de temperatura, sudaba exageradamente. Súbitamente mi corazón de detuvo….Estoy solo. Mi vista comenzó a nublarse, solté el frasco y extendí la mano tratando de alcanzar la puerta que estaba abierta pero no pude. Miles de preguntas llegaron a mi mente:
¿Dejaré este lugar? ¿En qué estoy pensando? ¿Qué estoy sintiendo? ¿Moriré? ¿Acaso podré perdonarme? ¿En qué me he convertido? ¿Qué es lo que sigue?.....lo que sigue.
Eso fue lo último que recuerdo, abro los ojos y continuo sangrando, no estoy en el piso de mi cuarto, no sé donde estoy, no reconozco este lugar, parece, parece… no sé!. Comienzo a caminar a través de no sé dónde. Es de noche y cae lluvia, miro al cielo y veo que es lluvia pero al verla en mis manos parece sangre. Sigo caminando y me doy cuenta de que estoy desnudo y la lluvia cae sobre mi cabeza y cuerpo. Me detengo y alcanzo a ver a lo lejos, en el horizonte lo que parece ser la luna o algo sumamente brillante, la cual en aquel instante iluminó el lugar donde me encontraba parado, sigo sin reconocer nada. No dejo de caminar, pero parece que el tiempo no avanza ya que aquella fuente de luz no se ha movido. Estoy cansado, muy cansado, continua lloviendo yo sangrando.
Al parecer encontré una roca para poder sentarme, estoy sumamente cansado y agitado de tanto caminar, sigo sin tener idea de nada, estoy comenzando a desesperarme y ponerme nervioso. De pronto siento cierto aire provocado por algo arriba de mí. Alzo la cabeza pero la lluvia y la sangre que brota de mis ojos no me deja ver, limpio con mi antebrazo mis ojos y lo veo, lo veo. Impotente, alto, muy alto como para ser un hombre, es de color negro. Aquello, que no logro identificar lanza un fuerte grito haciendo que me tape los oídos por aquel estruendo y que la lluvia se detenga. Se sienta en la roca, a mi lado, sostiene mi cabeza entre sus grandes y rasposas manos, limpia la sangre de mis ojos que continúan sangrando y me mira fijamente, nunca podré olvidar su mirada, penetrante, fría como esta noche y llena de desolación.
-Escúchame- me dice esta persona o lo que sea, poniendo una mano sobre mi pecho a la altura del corazón.
Silencio………
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