Sin título

Se levanto con una sola palabra en la cabeza: Amor, la cual le mantenía pensando en ella. No podía terminar de creer ni concebir lo que había presenciado la noche anterior durante la discusión con Angélica.

Se bañó y preparó todo para ir al trabajo, ella seguía presente en su mente, más aun que su nombre o retrato, incluso más que su recuerdo; lo que tenía presente era a ella, a ella como tal, sin más ni menos, ella. En concreto su SER.

En el metro, camino al trabajo noto que su inconsciente probablemente le había juagado una broma ya que al sacar el libro que estaba por leer y que un par de días antes había pensado en hacer: Cantar de ciegos de Carlos Fuentes, en su lugar traía un libro de poesía; una compilación de tres poetas de su agrado: Neruda, Guillen y León Felipe.

Sabía que si leía cualquier poema que tuviera la palabra amor o ella inmediatamente llegaría a él una palabra, quizá tres: ella/amor/ser. Optó por sacar su iPod para escuchar música, ¿destino o coincidencia? Pero la canción elegida por su reproductor fue Language de Scott Matthew, esto produjo una descarga de imágenes en su cabeza, cerró los ojos y se dejó llevar…

Por un momento volvió a sentir la lengua de ella peleando contra la suya y como su cuerpo recibía como tierra lejana y desconocida sus manos que recorrían cada milímetro de su piel desnuda. Aun podía percibir aquel olor que penetraba su nariz, ojos, oídos y cada poro de su piel mientras la pasión se desbordaba y podía respirarse en todo el cuarto. Tenía la sensación en la boca de aquella flor que se abría ante él cada que llegaban al cenit, al éxtasis. Todo llegaba como una ráfaga de sensaciones hasta que….

-Disculpe, me da permiso por favor. Bajo en la que sigue.
-¿Eh?.... ¡Ah! Sí, sí, claro.

Aquellos pensamientos se difuminaron hasta desaparecer por completo de su cabeza tal y como lo hizo el humo del cigarro que fumó justo después de colgar el teléfono la noche anterior. Aquella secuencia de palabras no lo dejaban en paz (ella/amor/ser), pensaba en su esencia, en como por único momento (quizá) de la relación vio el amor puro, tal y como es, y más que serlo, sentirlo aun cuando hablaban por teléfono.

No es necesario escribir las palabras textuales que Angélica dijo, él sabía que se trataba de amor, así de simple, se dio cuenta que realmente lo amaba. Al repasar dichas palabras se volvió a sentir como Govinda cuando ve al Buda, tuvo ante sí la forma más pura del ser, nunca había visto eso, más aun en el amor, bueno, quizá si lo había visto antes, pero no era consciente de muchas cosas. Reitero que, quien ha vivido y sentido el amor sabe que es él cuando lo vuelve a encontrar ante sí.

Salió del metro y comenzó a caminaren dirección al despacho aun con los pensamientos con los que se había levantado esa mañana. Siguió la rutina: encendió un cigarro después de comprar su café en el OXO, siempre pedía latte vainilla. Los hermosos pensamientos que lo habían puesto en “jaque” se iban esfumando poco a poco junto con el humo del cigarro; en su lugar comenzaron abordarlo ideas que tenía dentro de sí tiempo atrás, tanto cuando estaba sólo o con alguien más, éstas se tornaban concretas y fuertes al igual que el café que iba tomando.

Por esta vez rompió la rutina, posiblemente había caminado más rápido de lo normal, el metro había viajado a una velocidad distinta a lo usual o por qué no pensar que el tiempo se detuvo un momento. El punto es que había llegado quince minutos antes de lo acostumbrado, sacó otro cigarro y comenzó a fumar. Se encontraba sereno, su cara no mostraba expresión alguna y estaba inmóvil, pero por dentro recordaba por última vez todo lo que había vivido con Angélica a lo largo del tiempo y que había llamado la noche anterior para darle fin a su relación por motivos que ni siquiera los dioses podrían entender, ellos nuca han amado.

Al terminar de fumar una ligera y minuciosa sonrisa se dibujo en su rostro. No sabía lo que ella había trascendido de haber estado a su lado, no le interesaba, si lo había hecho bien, si no, también. Lo que si valoraba era que realmente fueron mientras estuvieron juntos y que probablemente quedarán en su mente y corazón algo más que algún día descubrirá.

Se puso de pie y notó que ya no tenía café y que no le daba tiempo de ir por otro así que se quedó con las ganas de sentir la cafeína recorrer su cuerpo. Se recargó en la pared, su mente ya no tenía aquellas palabras, ahora estaba libre. Él sabía que era libre e independiente desde siempre pero ahora lo volvía a respirar de cierta forma, quizá duela terminar la relación con Angélica pero en el fondo supo que tarde o temprano sucedería, al final pasó.

Se encontraba sólo de nueva cuenta, el aire tocaba su rostro y le susurraba al oído una palabra: Saudade, Saudade….

Sabía que ese era su destino independientemente de lo que pasara en el transcurso de su vida y de las relaciones de cualquier índole que tuviera en ella, al final terminaría sólo. Volteo al cielo con los ojos cerrados e inspiró profundamente, al exhalar abrió los ojos y se quedó mirando la inmensidad del cielo.

1 comentario:

Bárbara dijo...

Muy bueno, aunque...U_U